124 números mensuales y 10 especiales.
Si en el primer Ajoblanco fuimos agitadores, en el segundo nos profesionalizamos para generar una buena revista cultural en el ámbito hispano. Destacamos la relación humana y cultural con Latinoamérica. Recorrimos África, Europa del Este y Japón.
Tras los sucesos de Tiananmen de 1988, bloqueamos el comercio internacional de China durante más de un mes mediante "el fax de la libertad". La lucha contra el vacío de valores, la denuncia de las falsas democracias y una actitud muy crítica frente a los poderes que asfixian el progreso social y político fueron también las armas de una revista que nunca quiso acomodarse.
La vida, el ocio, el humor, la multiculturalidad y un urbanismo humanista ocuparon parte de nuestras inquietudes. Y lo hicimos desde la independencia y la vocación por un periodismo crítico y de anticipación.
Abrimos un nuevo espacio cultural que vamos a llenar entre muchos, sin ataduras ni concesiones. Nuestras armas: un espacio para el encuentro, una revista en papel y una plataforma digital.
Ver épocaRuptura, contestación y vitalismo (1974-1999) recorre la trayectoria de Ajoblanco, rescatando para ello materiales inéditos o de difícil acceso, reportajes, documentos y líneas de trabajo significativas, junto a testimonios y escritos de una parte importante de sus protagonistas.
Ver épocaParís fue el 68 y Barcelona el 77, un año de extraordinaria agitación social, cultural y política tras 39 años de franquismo. Las nuevas generaciones querían romper con los postulados jerárquicos y autoritarios de sus hermanos mayores y optar por una transformación real de la vida cotidiana.
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